En los inicios de la humanidad, los pueblos nómadas ya conocían la existencia de ciertas energías que debían evitar a la hora de situar sus asentamientos temporales. Para ello dejaban a los animales en libertad (a los perros, preferentemente). Donde éstos primero se situaban a descansar, situaban sus cabañas con la tranquilidad que ninguna energía dañina podría afectarles.
Hoy en día sabemos que estas energías siguen trazados reticulares. Estas emanaciones telúricas provienen del interior profundo de la tierra y se dividen en dos tipos.
La primera de ellas, la red de Hartmann sigue un trazado Norte-Sur, en bandas de 21 cm de espesor y separadas éstas 2’5 metros.
La segunda de ellas, es la llamada red de Curry que sigue una retícula en sentido Noroeste-Sureste con una separación entre bandas de 3’5 metros. El ancho habitual de sus bandas es de unos 50 centímetros.
Estas energías son parte de la naturaleza, aunque sus efectos pueden llegar a ser perjudiciales para nuestra salud si no se evitan algunas cosas. Las dos redes anteriormente descritas se superponen entre ellas; por tanto es inevitable que se encuentren en nuestro hogares. Saber detectarlas y evitarlas te hará más saludable.
El instrumento para detectar las redes Hartmann Curry es relativamente sencillo de encontrar hoy en día, aunque su manejo para detectar con certeza un nodo Hartmann o Curry puede llevarte algunas horas de práctica. Para encontrar los puntos Hartmann o Curry simplemente debes hacerte con unas varillas metálicas en forma de L. La medida más recomendable es de 29’5 x 11 cm; con estas dimensiones se adaptarán perfectamente a tu mano.
Debes sostenerlas por su lado más corto con la suficiente firmeza para que no se caigan pero que puedan girar. Debes caminar por tu casa en dirección Norte-Sur hasta que se crucen. Entonces habrás encontrado un nudo Hartmann. El mismo procedimiento, pero en dirección Noroeste-Suroeste te servirá para detectar los nodos Curry.
Debes evitar pasar mucho tiempo encima de uno de ellos. Es decir, si tu cama o escritorio de trabajo está encima de uno de estos puntos, tal vez deberías replantearte una nueva distribución del mobiliario.
Como curiosidad te diré que a los gatos, al contrario que a los perros, suele atraerles mucho este tipo de energíA. Si notas que al gato de tu casa le encanta tu cama… ¡hazte con unas varillas!
Aunque la ciencia convencional no ha podido demostrar su efecto sobre la salud, el conocimiento milenario de nuestros ancestros nos alerta de su peligro. Puede provocar enfermedades degenerativas, estados de ánimo indeseables (depresión, tristeza, apatía…)
Como ves, proteger tu hogar y a tus personas más queridas de estas energís es muy sencillo con unas simples varillas metálicas. Puedes conseguirlas fácilmente en herbolarios y tiendas de salud especializadas.
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