Adivinación, un mundo oculto que revive
Durante los últimos 3.000 años, la gente ha utilizado la adivinación para buscar respuestas a qué somos o dónde estamos y hacia dónde iremos. Buscan consejo, ayuda y conocimiento de su destino para concentrarse con el potencial transformador del espíritu. Hoy en día, en muchas partes del mundo las personas visitan a videntes, médiums, chamanes y sanadores espirituales, consultan oráculos, comprueban fechas propicias y no propicias en los calendarios, leen cartas astrológicas, hacen uso de palos, pierdas, dados y cartas para obtener símbolos de fuerzas espirituales que los rodean.
Todo ello se hace para actuar con armonía con esas fuerzas, con lo que los chinos llaman “tao”, el “proceso en curso de lo real”. Cuando se enfrentan a una decisión o un problema difícil, cuando necesitan, abrumados por las circunstancias de la vida, encontrar un camino, una guía, un camino, se acude a una vidente (en búsqueda de una buena vidente) o hacen uso de un oráculo.
¿Por qué se acude a la vidente?,¿qué ocurre?
Lo primero que ocurre es que el mundo adquiere vida. Se penetra en una región imbuida de poderes, energías y presencias en las que el destino y lo que se hace tienen importancia. Las cosas y los acontecimientos adquieren la capacidad de comunicarse con las personas. La acción y el lenguaje de la adivinación resucitan de un mundo antiguo, un mundo perdido por el hombre moderno; un mundo repleto de espíritus, ayudante mágicos y paisajes reveladores. Adquirmos un sentido del destino y en el proceso, un guía o un espíritu servicial. El mundo animado empieza a tener un papel activo en nuestras vidas como nunca antes.
Al principio, esta mezcla de adivinación, orientación práctica y consejo espiritual puede parecernos extraña debido a la preocupación de nuestra cultura por las grandes verdades trascendentales. Trasciende la habitual linea divisoria entre lo que es importante y lo que no lo es, porque cualquier cosa puede convertise en el orificio de entrada en el que el mundo espiritual se introduce en nuestra vidas, y por ello en un tema para la adivinación. El mundo que se encuentra por medio de la adivinación está lleno de fuerzas con atributos, poderes, deseos y necesidades que producen lo que experimentamos. Nuestras almas nos piden que reconozcamos los acontecimientos y las emociones que recorren nuestras vidas: nuestros amores y odios, crisis, confrontaciones, problemas y desafío, como regalos de estas fuerzas, con lecciones que aprender y peajes por pagar.
Reconocerlo, prestar atención a estas fuerzas, es uno de los grandes actos de curación que nos ofrece la adivinación
El espejo de la verdad
Adivinar es uno de los actos humanos más antiguos y persistentes. Prácticamente no existe una cultura que no haya hecho uso de la adivinación mediante una vidente, chamán o mago, del “espejo que revela la verdad” para iniciar una comunicación con el mundo invisible que nos rodea. La palabra adivinación comparte raíz con la palabra “divino”. Esta raíz conecta la adivinación con la iluminación o la clarificación de las cosas; con deidades, decisiones y riquezas; con la luz y la luminosidad, el cielo y la Luna; con los dioses y demonios y el transcurso del día; con viajes diarios y guardianes del destino.
