¿Qué es y cómo es La Cruz de Caravaca?
La Cruz de Caravaca es una cruz de las que se denominan patriarcales. Está compuesta de un pie y dos travesaños paralelos y desiguales que forman cuatro brazo.
La Cruz de Caravaca es una Reliquia
El nombre oficial con el que se denomina a la Reliquia en los documentos es el de ‘Vera Cruz’, nombre muy significativo relacionado con el Temple. En donde hubo templarios aparece frecuentemente el título de Vera Cruz.
Desde la Edad Media se la conoce con este nombre específico: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz.
Se trata de un “lignum crucis”. Un fragmento de la verdadera cruz en la que Jesucristo fue crucificado. El título, juntamente con el de Santa, solamente se aplicaba al leño de Jerusalén, encontrado en el siglo IV por el emperador romano Constantino o por su madre Santa Elena.
Historia de la Reliquia
Se cuenta que en el siglo XII un rey Almohade de Valencia y Murcia, estando en Caravaca (Localidad Murciana), interrogó a los Cristianos que tenía prisioneros para conocer sus oficios. Entre los prisioneros, se hallaba un sacerdote. Éste, había llegado a Murcia en labores de misionero. Y, su intención, era predicar el Evangelio.
Cuando el rey le preguntó que cuál era su oficio, el sacerdote le respondió que el de dar misa. Sorprendido, el rey moro quiso conocer cómo era tal cosa. Así pues, mandó traer los ornamentos necesarios para celebrar la liturgia. De este modo, Se comenzó la Santa Misa en el Castillo-Alcázar de Caravaca. Sin embargo, al poco de iniciarla, el sacerdote se detuvo. Faltaba un elemento imprescindible para seguir con la celebración: Un Crucifijo.
Justo en ese instante, dos ángeles descendieron del cielo y, entrando por una venta de la estancia, depositaron en el altar una cruz de doble brazo. Tras este suceso, el sacerdote pudo continuar con la celebración de la eucaristía. Ante semejante maravilla, el rey almohade se convirtió al Cristianismo.
Se sabe por diferentes documentos históricos, que la cruz original estaba tallada con madera del crucifijo donde murió Cristo. Sin embargo, ésta fue robada en 1934. Después de la Guerra Civil, el papa Pío XII entregó a Caravaca un nuevo Lignum crucis, que es la que se puede encontrar ahora en el templo.
La Cruz de Caravaca como amuleto
La cruz de Caravaca tiene un gran poder de protección. El significado iconográfico de la cruz es el cruce del espíritu (línea vertical) y el plano material (línea horizontal) dando como resultado el hombre, ser que se mueve en el plano material con opción de ascender espiritualmente. La Cruz de Caravaca denota la protección de dos arcángeles de mucho poder: San Miguel Arcángel y San Gabriel Arcángel quienes sostienen la cruz desde su base. Mientras, en la imagen central se halla Jesucristo.
Es usada en distintos rituales esotéricos por ser un amuleto sumamente eficaz que otorga protección contra todo tipo de males, protege al hogar y sus habitantes, rechaza las malas energías y los daños, protege la economía familiar y brinda prosperidad.
Amuleto personal
Uno de los usos más comunes de la Cruz de Caravaca como amuleto, es llevarla pendiente del cuello, como medalla. Así, nos brindará protección contra el mal de ojo, nos dará buena suerte y nos protegerá de algunas enfermedades. También es muy conocido su uso en personas asmáticas, pues se dice que este amuleto, limpia y purifica el aire.
Protección del hogar
Si lo que queremos es proteger nuestro hogar, tendremos que hacernos con un crucifijo de mayores dimensiones que se pueda colgar en la pared. Uno de los lugares más idóneos para colocar el amuleto, es encima del marco de la puerta de entrada. Eso evitará que las malas energías entre a nuestro hogar y limpiará de ellas a las personas que entren y las tengan. Su poder es muy eficaz, pero para que funcione, tanto esta, como las medallas, deben estar bendecidas.
Cómo bendecir una Cruz de Caravaca
Hay dos formas: La primera es llevarla a nuestro sacerdote y que nos la bendiga.
La segunda y más utilizada, es sumergir nuestro amuleto en agua bendita de una parroquia durante siete minutos. Tras sumergirla, recitamos la siguiente oración:
Santa Cruz de Caravaca!
A tu poder me acojo,
Por mi Abogada te escojo,
Y si tu fuerza me saca
De la pena que hoy me ataca,
Te traigo en pena y señal
Incienso, mirra y copal,
Y con alma limpia y pura
Una pequeña figura
De mi persona en metal.
Cruz bendita y soberana
Que obras tantas maravillas,
Te alabo en frases sencillas
Cada dia de la semana;
Mi alabanza nunca es vana,
Pues ya no cabe ni duda,
Que al mundo tu fuerza escuda
Y a quien rendido te nombra,
Lo cobijas con la sombra
De tu poderosa ayuda.
Una vez hecho esto, nuestra cruz estará bendecida y totalmente purificada. Lo recomendable es purificarla de forma periódica (cada seis meses o un año) según a las energías que sea sometida. ¿Tienes ya tu Cruz de Caravaca?
